El sistema nervioso cuenta con un circuito de
circulación de fluido cerebro-espinal considerado fundamental en la protección
a las delicadas estructuras de la médula y cerebro. Dentro de la columna
vertebral y la cabeza, circula el fluido cerebro-espinal que es impulsado por
dos bombas que activan su circulación. La primera está ubicada en la zona del
sacro y es denominada la bomba sacra. La segunda está en el cuello y la base de
la cabeza y se llama bomba craneal.
Quienes han tenido la experiencia de activar este
circuito, relatan tener la sensación de sentir una “gran burbuja” de energía
que subía por la columna, como resultado de un trabajo respiratorio especial.
La tradición taoísta sostiene que el sacro es una
bomba que permite retener la energía sexual que emana desde el escroto y
transforma la energía, mientras la impulsa en dirección hacia la coronilla, a
través de la columna. Si se bloquea la abertura del sacro, el Hiato, la fuerza
vital o “Chi” no puede entrar y se devuelve hacia arriba (cabeza, coronilla
llamado centro superior). El Hiato es una muesca del hueso sacro que se encuentra
un poco más arriba del final de la columna y es el lugar por dónde pasa cuando
está abierto, la energía sexual cálida hacia la columna
Para los taoístas el cráneo es considerado la
principal bomba que moviliza la energía desde los centros inferiores hasta los
superiores. Las investigaciones médicas de los últimos tiempos han demostrado
que existen unos pequeños movimientos en las uniones de los 8 huesos craneales
mientras se respira. Estos huesos craneales son dos parietales, dos
occipitales, dos frontales y dos temporales., los que conforman la bóveda
craneal.
El movimiento craneal de estos huesos es
responsable de la producción y función del líquido cerebroespinal que rodea al
cerebro y la médula espinal que se requiere para la producción de la energía y
el funcionamiento nervioso del organismo.
Al fortalecer las uniones de los huesos craneales
se logra aumentar la energía, evita los dolores de cabeza, problemas de los
globos oculares y ojos, y evita problemas al cuello.
En la tradición hindú el uso de posturas
invertidas y especialmente Sirasana o pararse de cabeza es fundamental para
recuperar la energía e invertir el flujo de la energía vital, movilizándola
hacia la cabeza. El uso de los esfínteres anales o mulabhanda para cerrar la
salida de la energía hacia abajo es fundamental en todas las prácticas de yoga
y de trabajo con la energía vital o prana.
Los taoístas trabajan con la pelvis, el diafragma
escrotal y urogenital, la bomba sacra y craneal para impulsar la circulación de
la energía sexual hacia los centros superiores.
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