miércoles, 13 de febrero de 2013

La respiración



La respiración
    Se puede vivir dos meses sin comida y dos semanas sin agua, pero sólo se puede vivir unos minutos sin aire”.  Maestro Hung Yi-Hsiang.
    Según los taoístas, la nutrición obtenida del aire por medio de la respiración es aún más importante para la salud y la longevidad que la obtenida de los alimentos y la bebida por medio de la digestión.
     A pesar de la importancia de respirar bien, es uno de los peores hábitos que tiene el ser humano. Se da la circunstancia, que el ser humano, desde el mismo momento en que nace, tiene la capacidad de respirar bien. De ahí que se ponga de ejemplo cómo respira un recién nacido. Con el paso del tiempo, conforme vamos creciendo y nos vemos inmersos en malos hábitos como el estrés, rutina, etc. vamos viciando cada vez más la capacidad de respirar incorrectamente.
      Por extraño que parezca, para aprender a controlar la eyaculación y a hacernos multiorgásmicos comenzamos fortaleciendo y profundizando la respiración. Como se afirma en todas las artes marciales y en las prácticas meditativas, la respiración es la puerta que nos permite controlar el cuerpo. La respiración es al mismo tiempo voluntaria e involuntaria. En otras palabras, habitualmente respiramos sin pensar en ello, pero podemos elegir cambiar el ritmo o la profundidad de nuestra respiración. Esta utilización de la mente para cultivar el cuerpo es la base misma del kung fu sexual.
      La respiración también está relacionada con el ritmo cardíaco. Si respiras rápida y superficialmente, como después del ejercicio físico intenso, el ritmo cardiaco aumenta. Si respiras lenta y profundamente el ritmo cardíaco disminuye. Como aprendimos anteriormente, el ritmo cardíaco elevado es una de las características del orgasmo y la respiración rápida es un signo de que nos estamos acercando a él. Por tanto, el primer paso para controlar el ritmo de la excitación, y por tanto la eyaculación, es respirar lenta y profundamente.
RESPIRACIÓN ABDOMINAL
     La mayoría de nosotros respiramos muy superficialmente, habitualmente con el pecho y hombros, lo que hace que nuestros pulmones sólo puedan absorber una pequeña cantidad de oxígeno. La respiración abdominal (la respiración profunda que llega hasta el fondo de los pulmones) es la forma de respirar de los niños recién nacidos. Si observas respirar a un bebé dormido, verás que todo su vientre asciende y desciende con cada respiración. Respirar con el vientre nos permite reemplazar el aire estancado en el fondo de los pulmones por aire fresco y lleno de oxígeno. Es la forma más sana de respirar, pero perdemos este hábito natural cuando la ansiedad y el estrés hacen que acortemos la respiración. Esta respiración corta, producto de la ansiedad, está limitada a la parte superior del pecho.
      Cuando nos sentimos felices y nos reímos, volvemos a respirar con el abdomen. En este ejercicio aprenderás a respirar con el abdomen como cuando eras un niño. Unos minutos diarios de respiración abdominal enseñarán a tu cuerpo a respirar profundamente por sí mismo, incluso cuando estés dormido. En medio del calor de la pasión, la capacidad de controlar la respiración será esencial para no precipitarse en la eyaculación y expandir la sensación de orgasmo por todo el cuerpo.
      Cuando hayas aprendido a no eyacular, es muy importante seguir haciendo este ejercicio de
respiración profunda o sencillamente practicar la respiración profunda según tu propio criterio. Te ayudará a hacer circular la energía sexual por todo el cuerpo y a que tus órganos la absorban. La respiración abdominal también masajea los órganos y la próstata y puede aliviar la sensación de congestión que muchos hombres sienten cuando empiezan a dejar de eyacular.
      No es tan importante espirar a través de la nariz como inspirar, pero siempre es preferible. Sin embargo, algunos prefieren espirar por la boca cuando respiran profundamente. Adopta el hábito que mejor funcione en tu caso.

                                                               EJERCICIO 1
                                                RESPIRACIÓN ABDOMINAL
1. Siéntate en una silla con la espalda recta y los pies apoyados en el suelo, separados
aproximadamente la misma distancia que los hombros.
2. Sitúa las manos sobre el ombligo y relaja los hombros.
3. Inspira a través de nariz y siente expandirse la parte interior del abdomen y el área del ombligo (por debajo y alrededor de él), de manera que sobresalgan ligeramente. El diafragma descenderá.
4. Mantén el pecho relajado, espira con fuerza para volver a meter el abdomen, como si tirases del ombligo hacia atrás, hacia la columna. Siente también cómo el pene y los testículos se elevan.
5. Repite los pasos 3 y 4 de dieciocho a treinta y seis veces.

Fuente: Texto tomado parcialmente de El hombre multiorgásmico, de Mantak Chia

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