Para disociar el
orgasmo de la eyaculación, lo primero que debemos hacer, es asumir – y
desquitarnos de nuestra arraigada y falsa creencia - que son fenómenos fisiológicos completamente
distintos. Algún sabio dijo hace mucho tiempo que la cuestión no es únicamente es
aprender los nuevos hábitos, sino olvidarse de los viejos y erróneos que
tenemos enquistados en nuestro subconsciente.
En la cultura
occidental, gran parte de la población masculina tiende a asumir que el orgasmo
va acompañado de la eyaculación, y viceversa. En este punto, hemos de señalar
que la industria pornográfica - fuente de aprendizaje para muchos adolescentes –
ha “inculcado” el hecho de asociar orgasmo y eyaculación como un acto
indivisible. Consecuentemente, para alcanzar la multiorgasmia masculina, tal
vez sea necesario olvidarse de imitar lo que aprendido en las películas pornográficas.
Para poder
alcanzar el objetivo de separar el orgasmo de la eyaculación, hemos de tener en
cuenta 3 factores:
-
Control de la respiración.
-
Fortalecimiento del músculo pubococcígeo (músculo pc) mediante
los ejercicios de Kegel.
-
Apertura de la órbita microcósmica.
En posteriores
post se comentarán detalladamente cómo poner en práctica cada uno de estos 3
pasos.
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